Un tercio de los pacientes diagnosticados con epilepsia no logran controlar sus crisis a pesar del uso adecuado de los medicamentos anticonvulsivantes, esto se conoce como Epilepsia Refractaria. Esta situación ha llevado a explorar otras posibilidades terapéuticas que permitan tratar las crisis para mejorar la calidad de vida y disminuir las complicaciones en estos pacientes.

Recientemente se ha generado un interés creciente frente al uso del Cannabis Medicinal como un posible tratamiento para los pacientes con Epilepsia Refractaria. Las plantas cannabis sativa y cannabis indica son las principales especies de las cuales se extraen los cannabinoides presentes en el Cannabis Medicinal; los principales componentes biológicamente activos son el Tetrahidrocanabinol (THC) y el Canabidiol (CBD), sin embargo en las plantas hay más de 400 componentes adicionales, por lo que es fundamental que durante la producción del Cannabis Medicinal se realice una correcta extracción de los componentes y, de esta manera, se garantice una mayor eficacia y menos efectos adversos. En ese sentido, es importante tener en cuenta que para efectos medicinales no es suficiente realizar una reparación casera del Cannabis Medicinal, su producción debe cumplir con altos estándares de calidad en su manufactura, pureza y distribución de los componentes activos.

Aun no se conocen completamente los mecanismos mediante los cuales los cannabinoides contribuyen a disminuir las crisis en pacientes con Epilepsia y, específicamente en los casos de Epilepsia en niños, no existe evidencia suficiente para concluir la eficacia y la seguridad a largo plazo del uso del Cannabis Medicinal.

En los estudios realizados hasta el momento se ha logrado determinar que el control de las crisis se obtiene con preparados que contengan un mayor porcentaje de CBD que de THC, en dichos estudios se reporta una reducción de entre el 50% y el 100% de las crisis en más de la mitad de los pacientes. Sin embargo, estos resultados no son suficientes para recomendar el uso rutinario de Cannabis Medicinal como fármaco anticonvulsivante; esto teniendo en cuenta que aún no se conocen las consecuencias a largo plazo del uso de cannabinoides en niños y que, además, son comunes los efectos adversos como somnolencia, diarrea y disminución en el apetito.

En algunos Síndromes Epilépticos particulares, como en el Síndrome de Dravet y en el Síndrome de Lennox-Gastaut, el Cannabis Medicinal ha demostrado mayor eficacia y, por lo tanto, en estos casos su utilización se considera benéfica a pesar de sus efectos adversos.

En Colombia, mediante la Ley 1787 de 2017, se reglamentaron los procesos de fabricación, uso de semillas y cultivo del cannabis con fines medicinales y científicos; sin embargo, hasta el momento no se ha generado un marco regulatorio que permita definir los casos en los que puede prescribirse el Cannabis Medicinal, por lo tanto, hasta el momento los productos derivados del cannabis no cuentan con un registro INVIMA en nuestro país.